Desde hace años hemos estado conversando sobre la necesidad del desarrollo científico de la criminología para su inmediata aplicación en nuestras sociedades que, desafortunadamente, están demostrando tener una extraña evolución en los diferentes fenómenos de violencia que han manifestado con el paso del tiempo. Constantemente, de forma personal, he trabajado y promovido el desarrollo de una criminología basada en evidencia que tiene poco que ver con lo que se nos ha enseñado hasta el momento: derecho, criminalística, y criminología basada en ideas sin fundamento, con su correspondiente confusión de los fundamentos científicos. Generalmente esta criminología tiene bajas aspiraciones científicas, imperando aquellas definidas por un Derecho penal o tradición jurídica. Esta criminología, de cierta manera, diferente a la clásica, no toma al delito o crimen, a la pena, víctima, control social y demás objetos de estudio, los hace a un lado para dedicarse al estudio científico de las viole
En la mayoría de los libros que tratan de criminología, ya sea para aspectos académicos o divulgativos, se suele encontrar una división de la criminología que consta de 4 partes o sectores: Criminología académica Criminología científica Criminología analítica Criminología aplicada Esta pequeña clasificación suele ser confundida con el reciente desarrollo de las criminologías específicas o especializadas. Existe un debate interno poco conveniente con las terminologías empleadas, pero ello es tema para otro artículo futuro. Tenemos mucho que corregir al respecto. Pensemos ahora en la clasificación clásica de los 4 sectores de la criminología. El sector de la criminología académica tiene la vital función de la enseñanza de la criminología, es decir, para la formación de futuros criminólogos, creación de programas educativos, material académico, ya sea a nivel licenciatura, maestría (máster), doctorado o cualquier posgrado que se quiera. La criminología